Los seres humanos nos caracterizamos de otros animales por nuestra capacidad de crear a partir del interés por un campo determinado, comprensión, esfuerzo/motivación, estudios, reflexiones y ayuda externa. También somos capaces de convivir bajo el respeto, solidaridad, empatía, amistad, organización horizontal, autonomía y libertad. La racionalidad nos permite desarrollar todas y cada una de estas aptitudes, características y valores, algunas las compartimos con los animales irracionales y otras son inherentes a nuestra condición psicológica y humana.
En esta primera entrada quiero hacer un análisis sobre nuestras necesidades como seres vivos y racionales, las cuales las dividiré en 4: Las que tenemos como animales (necesidades primitivas y básicas), como humanos (las humanas) y como un plus de los dos (las estimulantes) . También trataré de citar los problemas que se nos plantean a la hora de [tratar de] desarrollar cada una de estas necesidades. Algunos problemas surgen a partir del desarrollo de una sola necesidad, y otros a partir del desarrollo de varias. Para acabar, propondré las soluciones que deberíamos emprender tanto a escala individual como colectiva, con el fin de alcanzar la felicidad, libertad y convivencia pacífica y solidaria entre todas las especies que existimos físicamente en el actual medio.
Para la exposición de este análisis, me basaré, en algunas ocasiones, en la Pirámide de Maslow, pero adaptaré el esquema a mi modo de ver.
Para empezar voy a analizar las necesidades que tenemos como seres vivos (nuestra base), como animales y como seres humanos con el fin de realizarnos como tales.
En primer lugar, tenemos las necesidades primitivas: Respirar, nutrirse, dormir, expulsar heces y orina y adaptarse al medio en el cual se vive. Estas las compartimos con cualquier otro ser vivo. Es la base para mantener nuestra condición como seres completamente vivientes.
En segundo lugar, necesitamos la realización de las necesidades básicas: Respirar un aire limpio/vivir en un entorno favorable a la salud de la naturaleza y tener una sanidad de calidad. Es la base para mantener nuestra condición como seres vivientes sanos. Estas necesidades, aunque las compartamos con otros seres vivos, sólo pueden alcanzar su perfección o, si lo prefiere el lector, su plenitud, mediante el desarrollo de nuestras capacidades racionales, pues, en primer lugar, no podemos respirar un aire de calidad y, por lo tanto, vivir en un entorno favorable a la naturaleza, si no tomamos conciencia del medio en el cual vivimos todos los seres, respetándonos y responsabilizándonos. Los animales sólo cumplen unos mecanismos predeterminados e inherentes a su naturaleza, no tienen la capacidad de obrar correcta o incorrectamente, pues no pueden desarrollar la ética. En segundo lugar, tener una sanidad de calidad depende de nuestra capacidad de entender las características fisiológicas de cada ser vivo, (hecho que es complicado, si no imposible, de cumplirse en animales irracionales) y emplear los principios de solidaridad y apoyo, presentes también en animales irracionales, aunque algunos no lo hagan por voluntad propia. Este ejercicio nos ayuda a comprender y a tomar conciencia de que nadie debería estar por encima de ningún otro ser. Estas necesidades, a diferencia de las primitivas y estimulantes, se deben cumplir en todo momento.
En tercer lugar, tenemos las necesidades estimulantes, que presentan un papel importante en cuanto a la realización de la felicidad y satisfacción animal, y al desarrollo de nuestras capacidades humanas, o a su motivación. Estas son: Tener sexo, masturbarse, hacer ejercicio (físico y mental) y entretenerse o jugar. Todas estas son actividades que ejercemos voluntariamente, dependiendo de nuestra disposición a ello. Sin embargo, aquí entra la brecha natural entre quién puede ejercer [algunas de] estas actividades y quién no, dependiendo de la condición física del individuo: Los animales, a una edad temprana, no cumplimos con la madurez necesaria para tener sexo, y a una edad avanzada no disponemos de la energía necesaria para realizar ninguna de estas actividades. Podemos vivir sin estas necesidades, pero no, como quien dice, sentirnos vivos.
En cuarto lugar, y para acabar este primer análisis, tenemos las necesidades humanas. Es decir, las que son imprescindibles para nuestro desarrollo racional, y que sólo nosotros podemos ejercer, debido a nuestra innata condición. Tampoco podemos sentirnos vivos sin el cumplimiento de estas necesidades, pero sí vivir. A saber: el conocimiento, la libertad individual y colectiva y las relaciones intrapersonales e interpersonales bajo principios favorables.
El conocimiento es la base para vivir adecuadamente. A pesar de no tener la capacidad de disponer el conocimiento absoluto (puesto que no recordamos todo el pasado ni conocemos todo el presente), el saber nos permite alimentarnos, dormir, actuar y relacionarnos adecuadamente, es decir, conforme a nuestra felicidad, bienestar y desarrollo social y personal. El conocimiento, por otra parte, también se puede utilizar en deterioro a nuestras necesidades, por eso es necesaria una educación basada en los principios de la libertad, el respeto, la solidaridad y la empatía para impartir el conocimiento.
La libertad es tanto una necesidad como una capacidad propiamente humana. Estamos capacitados para ejercerla, puesto que disponemos de características naturales favorables a su ejecución bajo la convivencia social, y la necesitamos para desarrollar el conocimiento, nuestras capacidades y nuestra creatividad. Para ponerle una definición, la Libertad es la capacidad de obrar según nuestra conveniencia. Podemos afirmar que, llegado a un punto en la vida donde hemos desarrollado la suficiente pasión e interés en un campo determinado del saber, sabemos lo que es conveniente para nosotros mismos a nivel personal.
Autogestionarse, organizarse horizontalmente, depender de uno mismo… son necesidades y capacidades que conforman la Libertad. Estas no son sólo aplicables a escala individual, la libertad es, también, aplicable a escala colectiva.
Por último, es necesario el desarrollo de las relaciones intrapersonales e interpersonales para sentirnos realizados espiritual-individual y socialmente, siempre que estas relaciones tengan una base favorable a nuestra felicidad, seguridad, convivencia, confianza y libertad. Esta base, estos principios, tienen que impartirse con la misma importancia que el conocimiento, y son, a nivel intrapersonal, el respeto y amor propio, —que edifican la dignidad—, la seguridad y confianza en lo que se es y en lo que se hace, —que despojan cualquier prejuicio— y el esfuerzo en desarrollar las actividades favorables a la felicidad y autorrealización.
A nivel interpersonal, que no sólo crean un bienestar social, sino también individual, deben cumplirse los siguientes principios: la empatía, el respeto ajeno, la solidaridad, la sinceridad y la honestidad.
En el momento en que no se cumplen ciertas necesidades fisiológicas (Primitivas, Básicas y Estimulantes) o humanas y sociales (Conocimiento, Relaciones bajo principios y Libertad), empiezan los problemas, los cuales, si no se solucionan debidamente, provocan el incumplimiento de más necesidades, y crean, finalmente, privación, opresión, prejuicios, odio, envidia, deterioro de la salud animal, humana y medioambiental, frustración, estancamiento evolutivo y desigualdad.
Para empezar con el análisis de los problemas y el incumplimiento de las necesidades fisiológicas, humanas y sociales, cabe recordar al lector que la ignorancia (realidad innata) y el egoísmo (realidad adquirida) son factores que nos acompañan durante todo el transcurso de una vida, y, en un cierto límite no perjudican nuestras necesidades. Sin embargo, si estos no se gestionan debidamente (es decir, reduciendo al mínimo su influencia en nosotros mismos, como individuos, y en la sociedad), se convierten en el origen de nuestras molestias y problemas.
El egoísmo, aunque gestionado de manera que sólo nos sirva para satisfacernos a escala individual teniendo presente la solidaridad, empatía y respeto, es el causante de desigualdades, imposiciones, excesos/explotación e irresponsabilidades. Cuando el egoísmo rompe con la barrera humanista de la solidaridad, empatía y respeto, es cuando provoca las atrocidades y retrocesos anteriormente citados.
La ignorancia, a nivel individual, es una realidad imposible de erradicar, pero disminuida gracias, sobretodo, a la generosidad, voluntariedad, solidaridad, apoyo mutuo y empatía de terceras personas. En primera persona podemos informarnos y conocer si tenemos interés en ello (cuestionando, buscando, descubriendo y contrastando), pero siempre es fruto del trabajo y acciones de terceras personas la mayoría de información y conocimiento que nos llega. Cuando conocemos una realidad, adaptamos el conocimiento aplicando nuestro propio criterio, lo compartimos de manera voluntaria a otras personas y creamos una rueda interminable que nos permite mejorar.
Cuando no ponemos en práctica la empatía, apoyo mutuo y generosidad para enseñar lo que sabemos, impedimos el aprendizaje del individuo y, más adelante, de la sociedad. Y a partir de aquí se crean los siguientes problemas: aceptación y perpetuación de la desigualdad, obediencia ciega, excesos/explotación e irresponsabilidades.
Tal y como se puede apreciar, el egoísmo y la ignorancia van de la mano para crear problemas evitables. Cada uno de estos problemas crean realidades, hechos que nos llevan a la destrucción humana y medioambiental. Para explicarlo mejor:
- La desigualdad (problema creado por el egoísmo y perpetuado por la ignorancia) lleva a la carencia de recursos para cumplir con las necesidades primitivas (Nutrirse y dormir bien), las necesidades básicas (tener una sanidad de calidad y vivir en un entorno favorable a la salud de la naturaleza) y las humanas (Conocimiento, Libertad y relaciones intrapersonales e interpersonales sanas).
- La imposición y el uso de la coacción (problema creado tanto por el egoísmo —porque obligas a otras personas a cumplir tu voluntad— como por la ignorancia —porque crees que ésta es necesaria o una vía correcta para mejorar algunas cosas, cuando realmente no es así [ahora veremos por qué]—) impide el desarrollo de ciertas necesidades humanas (la Libertad, las relaciones y posiblemente el conocimiento) y puede impedir el desarrollo de toda necesidad estimulante y primitiva. Puede favorecer, por otra parte, el desarrollo de las necesidades básicas, imponiendo, desde organizaciones verticales, una conducta respetable con el medio ambiente, pero aún así gestionada valiéndose de la represión, anulando la Libertad y pudiendo anular el ejercicio de cualquier otra necesidad.
- Los excesos o, mejor dicho, la explotación (problema creado principalmente por el egoísmo, y perpetuado por la ignorancia) impiden el correcto desarrollo de algunas necesidades Primitivas —concretamente la de Nutrirse y dormir— y toda necesidad Básica y Humana.
- Las irresponsabilidades se originan en una carencia de estimulación de la necesidad humana de las relaciones intrapersonales, y anulan el desarrollo de las necesidades primitivas, básicas y humanas.
La unión excesiva del egoísmo y la ignorancia origina realidades problemáticas y contrarias a nuestra base animal y humana. Estas realidades son:
- La moralidad impuesta
- Falta de consideración y cuidado del propio ambiente en el cual se vive
- Jerarquías
- Baja autoestima
- Envidia
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Sin embargo, en muchas sociedades, se nos inculca e impone una moralidad y unos valores que afectan a todas estas necesidades, y a las humanas, de las que trataré más adelante.
Debido a la moralidad cristiana, está mal visto practicar el acto sexual antes del matrimonio (un acuerdo consensuado que lleva a una unión basada, en principio, en el amor), y debido a la sociedad patriarcal, está mal visto que una mujer se acueste con quien quiera las veces que quiera, y que en el caso que un hombre haga lo mismo sea motivo de elogio.
A partir de aquí tenemos un segundo problema: la obediencia y los complejos.
La solución a estos problemas originados por una moralidad impuesta es cuestionar las ideas adventicias de la sociedad (revolución individual/personal).
Lo que impide que se cumplan nuestras necesidades Básicas son el egoísmo, el ansia de Poder y riqueza, el confort, la irresponsabilidad e, indirectamente, la obediencia. Esto nos lleva a los siguientes problemas:
- La carencia de recursos naturales debido al saqueo excesivo de éstos.
- El exceso de producción.
- La falta de consideración del propio ambiente en el que se vive.
- Priorizar la defensa de una institución antes que la del humano.
La solución, que, hay que subrayar que es difícil, ya que se trata de cambios a gran escala, es:
- Organizar la economía en pos del bienestar general.
- Derribar el Estado para substituirlo por asambleas, comités, etc.
En resumidas cuentas, una Revolución social.
Pasemos ahora a tratar las necesidades Humanas, las que nos diferencian de otros animales.
No debemos olvidar que la razón, un punto que nos caracteriza como humanos, ha ayudado a éste a crear y mejorar. En líneas generales. Pero la razón debe ser alimentada para desarrollarse sacando el máximo provecho.
Por eso, como animales racionales, tenemos las siguientes necesidades para desarrollar nuestra humanidad:
- La dignidad.
- La libertad (La autogestión, la organización sin jerarquías ni coacción, etc.)
- Las relaciones sociales basadas en el respeto, la confianza, la sinceridad, la honestidad, la ayuda y el apoyo, etc.
- El conocimiento (La ciencia, la educación, el contraste de información…)
Pero los complejos, la obediencia, el egoísmo, el ansia de Poder y riqueza, el confort y la irresponsabilidad vuelven a jugar un papel en los problemas e inconvenientes al desarrollo de estas necesidades.
Estos inconvenientes se traducen en:
- Jerarquías, coacción, imposiciones, falta de información, falta de conciencia, falta de estimulación…
- Adicciones, complejos, autoestima baja, envidia, comparar la vida de uno con la de otro, miedo, etc.
- Drogas, pasividad, baja calidad educativa…
- Y, como con las necesidades básicas, la prioridad hacia una institución o el lucro de una empresa antes que la del ser vivo.
En concreto, el primero se debe a la obediencia y el miedo, al ansia de Poder y al confort, e interviene en el desarrollo de la Libertad.
El segundo se debe al confort e irresponsabilidad, e interviene en el desarrollo de las relaciones sociales sanas.
El tercero se debe, también, al confort e irresponsabilidad, e interviene en el desarrollo del conocimiento.
El cuarto se debe al egoísmo
La solución a estos problemas son la Revolución individual/personal y la social, y se produce mediante:
- Cuestionar, buscar, descubrir y contrastar (